Todo sobre la tecnología 4xe de los nuevos Jeep

  • En la era de la electrificación, Jeep se mantiene fiel a la polivalencia y la capacidad de adaptación a cualquier terreno que la definen desde siempre. 
  • La tecnología híbrida enchufable 4xe engloba las versiones con mayores prestaciones, en carretera y offroad, de los distintos modelos de la gama Jeep. El Wrangler y la nueva generación del Grand Cherokee, uno de los lanzamientos más esperados de 2022, cuentan con sus alternativas 4xe con mayor potencia y autonomía “cero emisiones”.

 

Madrid, 5 de noviembre de 2021. En 1941, el Willis MA/MB lanzó el concepto “Jeep” al mundo de la automoción, con la polivalencia y la capacidad de circular por cualquier superficie como señas de identidad. Ocho décadas después, el Jeep Wrangler es el mejor depositario de este legado de leyenda y la transición energética no cambia ni un punto esta filosofía.

Con la gama 4xe, híbrida enchufable y con tracción total, Jeep conjuga el confort y las ventajas de la tecnología eléctrica con el espíritu inconformista y aventurero que siempre han formado parte de su identidad. Formada por las versiones híbridas enchufables de los Jeep Renegade, Compass, Wrangler y, próximamente, del Nuevo Grand Cherokee, va más allá de la gama térmica de la marca: en todos estos modelos distingue las alternativas con mayores prestaciones, dentro y fuera de la carretera.

Tanto el Wrangler como el Nuevo Grand Cherokee ofrecen la misma arquitectura en sus versiones con tecnología 4xe, con una potencia combinada de hasta 380 CV, tracción a las cuatro ruedas, un par máximo de 637 Nm y una autonomía que puede alcanzar los 50 Km “cero emisiones”.

Unas cifras que les permiten presumir de capacidad 'Trail Rated' con total merecimiento y que están acompañadas de una mejora significativa en las prestaciones en carretera con una aceleración de 0 a 100 km/h en 6,4 segundos, en el caso del Wrangler 4xe. La batería se recarga del todo en menos de 3 horas con opciones para programar la carga y, mediante la función Max Regen, aumentar la carga de la batería en las deceleraciones (coasting).

Este rendimiento se obtiene gracias a la acción conjunta de dos motores-generadores eléctricos, un paquete de baterías de alto voltaje, un motor de gasolina de 2.0 litros y 4 cilindros, turboalimentado de alta tecnología, y el cambio automático de ocho velocidades TorqueFlite. La disponibilidad instantánea de par y el rendimiento mejorado que ofrece la combinación del motor turbo de gasolina y el sistema de propulsión eléctrico hacen brillar tanto al Jeep Wranger 4xe como al Nuevo Grand Cherokee 4xe en terrenos difíciles. Ambas versiones ofrecen tracción a las cuatro ruedas en modo totalmente eléctrico, con lo que se logran unas prestaciones todoterreno de referencia con total seguridad y el placer de escuchar los sonidos de la naturaleza.

El motor I-4 turboalimentado de 2.0 litros es parte de la familia Global Medium Engine del Grupo Stellantis. Utiliza un turbocompresor Twin Scroll de baja inercia montado directamente en la culata, además de un circuito de refrigeración específico para el turbocompresor, aire de aspiración y cuerpo del acelerador. Una combinación de tecnologías que mejora la capacidad de respuesta y garantiza las prestaciones y la eficiencia de combustible.

En la parte delantera del motor, se monta el primer motor-generador de alto voltaje refrigerado por líquido, que sustituye al alternador convencional. Una robusta correa conecta el motor-generador a la polea del cigüeñal. Además de proporcionar un par adicional para alimentar el motor de combustión, gestiona el sistema Start&Stop, al tiempo que genera la electricidad para el paquete de baterías. Un segundo motor-generador de alto voltaje está situado en la parte delantera de la caja de transmisión, reemplazando el convertidor de par convencional de una caja de cambios automática e integrándose en el cambio de ocho velocidades TorqueFlite.

Dos embragues funcionan para administrar la potencia y el par del motor eléctrico y el motor de combustión. El primer embrague está montado entre las dos unidades. Cuando este embrague está abierto, se puede viajar en modo totalmente eléctrico, al no haber conexión mecánica entre el motor de combustión y el motor eléctrico.

Cuando este embrague está cerrado, el par del motor de combustión interna de 2.0 litros y el flujo del motor eléctrico se combinan a través del cambio automático. Un segundo embrague variable está montado detrás del motor eléctrico y gestiona la interacción con la transmisión para mejorar la facilidad de conducción y la eficiencia. Esta arquitectura tiene el doble objetivo de resaltar las ventajas de la electrificación y mantener la capacidad y la destreza todoterreno que han labrado la reputación de Jeep.

El motor de combustión interna y los dos motores-generadores están instalados antes de los sofisticados sistemas mecánicos 4x4. Por lo tanto, el conductor no verá ninguna diferencia en la interfaz intuitiva y fácil de usar, y apreciará las mejoras significativas en las prestaciones y una reducción de casi el 70 % en las emisiones de CO2 en comparación con la versión de gasolina en el ciclo WLTP.

El paquete de baterías de iones de litio de 17 kWh y 400 voltios del Jeep Wrangler 4xe y del Jeep Grand Cherokee 4xe utiliza níquel, manganeso, cobalto (NMC) y grafito. En el Wrangler 4xe la batería está situada debajo de la segunda fila de asientos, donde está protegido de elementos externos, mientras que en el Nuevo Grand Cherokee 4xe la batería está alojada en los bajos del vehículo, protegida por una serie de placas inferiores.

Todos los componentes y sistemas electrónicos de alto voltaje, incluido el cableado entre el paquete de baterías y los motores eléctricos, están sellados y son resistentes al agua. Por ello, la variante 4xe del Wrangler es capaz de vadear hasta 76 cm de agua y el Nuevo Grand Cherokee 4xe hasta 61 cm de agua.